viernes, 10 de mayo de 2013

"I love you, I love you more than anything in this fucking world"


-          Ey... - la temblorosa voz de ella sonó, mientras su silueta se dibujaba con la tenue luz del pasillo. La vio apoyada en el marco de la puerta de su habitación. - ¿estás... durmiendo? - supo que estaba llorando.


Se le encogió el corazón. Todo aquello era por culpa suya.


-          No... - dijo quedándose sentado en el pie de la cama - No puedo dormir.


-          Yo... tampoco. - dijo ella frotándose los ojos para enjugar las lagrimas.


-          ¿Por qué lloras? - dijo el ladeando la cabeza y levantándose.


-          Porque estoy hasta las narices de tener que esconder siempre lo que siento. -Lo miró fijamente. Una mirada que lo dejó cautivado, que le llegó al corazón aún más. - Porque estoy harta de escapar, de ser siempre la que pierde... de ser siempre a la pobrecita a la que le rompen el corazón, la que no tiene tiempo de decir... de decir que está enamorada. A la que no la quiere nadie, porque tiene una imagen distinta, que luego resulta inocente. - se acercó a el, con los ojos aguados. La seguía mirando - Porque soy una completa inútil... a la que creía que tu amabas... - Pudo ver el destello de las lagrimas. Le entraron ganas de abrazarla, fuerte. Para que nunca marchara. Para demostrarle que era exactamente lo que sentía. - pero ya veo... que lo único que quieres es terminar con tu misión... que me vaya, y que tanto tu como yo, nos Pero ¿sabes? Yo no podré. Tú has pasado a formar parte de mí. - se quedó esperando, un segundo, que se hizo completamente eterno. Pero el, no supo que contestar. Ella suspiró - Lo dicho, siempre la cago... olvida lo que te he dicho. - murmuró sin dejar de llorar - mañana a primera hora haré la maleta y me iré. Olvidemos de todo lo sucedido.

Se giró para irse de nuevo. Pero la cogió del brazo, cerró la puerta y la apoyó contra su cuerpo, entre él y la madera maciza de esta. Acarició su mejilla. Y sobraron las palabras. Empezó a besarla, desesperadamente. No había luz, apenas, solo por un par de agujeritos de la persiana de la ventana de la habitación. Ella rodeó su cintura con los brazos. La abrazó. Ella apoyó su cabeza contra su hombro y empezó a llorar de nuevo.

-          No vuelvas a decir eso, no vuelvas a insultarte. - dijo contra su cuello - tu eres lo más perfecto que mis ojos han visto nunca... y yo... yo...


-          ¿Tu? - murmuró ella, separándose y mirándolo. Sus pupilas se habían acostumbrado a la oscuridad y podía distinguir sus figuras.

-          Te amo, joder... te amo más que a nadie en este puto mundo. - volvió a besarla.


Y en ese instante, nada importó. Solo ella, que estaba entre sus brazos, que la quería, que la amaba, y se lo quería demostrar de todas las maneras posibles. No la dejaría marchar, no... porque sabía, ahora lo veía claro, no tenía dudas, de que... de que su corazón la había estado esperando a ella, y solo a ella... que había llamado su atención desde el primer momento en que le habían enseñado la sencilla foto. Ahora solo tenía ojos para ella, su corazón solo latía por ella, su respiración solo se agitaba por ella.

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