miércoles, 26 de junio de 2013

Try

-Quédate –soltó en lo que me pareció un sollozo gigante- Porque te quiero... Porque no imagino mi vida sin ti.
Jaló las puntas de su cabello, desconcertado, herido.
-¿Y entonces por qué me siento tan.... engañado?
-No te engañé, no somos nada. El único que se está engañando aquí eres tú.
El gimió bajo y cerró los ojos. Frotó sus manos haciendo fricción, inhalando y exhalando repetidamente, controlando sus sensaciones, tratando de boquear el aturdimiento.
-Entonces creo que deberíamos cambiar eso.
-¿Eh?
-Intentémoslo.
-Realmente ahora siento que me estás hablando en Chino –expliqué- usa más palabras, no te cobran por letra.
-Intentémoslo –repitió- seamos más que sólo amigos.

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